24 de febrero de 2015

Un poema de Andrea Bretón




MAMÁ, ¿QUÉ ES UN SEXO Y PORQUÉ NO PUEDO TENER UNO PARA MI CUMPLEAÑOS?


ya no me expliques esas cosas, ya sé:
ya no tengamos esas charlas especiales.
no me pidas que me vista con trajes espaciales.
me ponga lo que me ponga van a gritarme en la calle
¡NO ME DIGAS QUE ME CALLE!
ni tampoco que me cambie
cambia tú
cambien todos
que cambien los albañiles
que cambien los obreros
que cambie la gente en el autobús
que cambie la ley del metro
no me puse la falda para que me vean las piernas
me la puse porque quiero
¡PORQUE QUIERO!
quiero dejar eso claro
claro que nadie lo entiende
¿entiendes lo que te digo?
te digo que no me entiendes
no me quieres entender
mamá ¿porqué no puedo
tener sexo cuando quiera?
¿porqué tengo que pedir permiso?
¿porqué lo tiene que aprobar la iglesia?
¿porqué sentirme culpable si me gusta?
¡SÍ ME GUSTA!
a ti también te gusta, estoy segura
y si no te gusta bien, pero a mi sí.







   







ANDREA BRETÓN NACIÓ EN 1991, ESTUDIA COMUNICACIÓN Y ES RATA DE LABORATORIO

19 de febrero de 2015

Dos poemas de Gala Gabriela

Apetencia 

Se sumerge en mí, 
destruye mis sentidos, 
nubla mis pensares, 
carcome mis entrañas, 
exhala calor, 
expulsa gemidos. 

El exilio en proceso 

Día a día desentierro las raíces 
que me atan a este lugar, 
poco a poco despego los pies del suelo, 
desgrano el sentido de pertenencia, 
lo veo correr entre mis dedos como arena. 

El apego es mala compañía. 

No me identifico con olores, 
aromas, 
sabores, 
he perdido identidad. 
Intento ser del mundo 
y que el mundo se haga en mi, 
porque así se disipan los miedos, 
las soledades, 
la nostalgia, 
es la única forma de ser libre. 

En mi maleta no empaqué expectativas, 
las dejé para que no me mortifiquen luego. 
Solo me llevo los recuerdos 
de lo que me invitó a mutar. 

Deseo ser turista de la vida, 
que la novedad me envuelva 
y no me permita volver atrás, 
pues extrañar es vivir en un mismo punto, 
y ya partí. 






Gala Gabriela es publicista y ciclista urbana. 
Las letras son su herramienta para exorcizar demonios y dar a conocer realidades que pasan desapercibidas. 
Escribe en galagabrielaenletras.wordpress.com y twittea como @GalaGabriela.


17 de febrero de 2015

Cuatro textos de Candela Benetti



Mi hermana I

Mi hermana cree que tiene SIDA, o dengue, son las únicas cosas que aprendió en la escuela y vive sin tiempo para googlear. Tiene varios chicos al mismo tiempo y sufre porque no sabe cuál elegir. Yo le doy consejos, una vez me sentí culpable por decirle que deje a uno siendo éste tal vez el amor de su vida, igual después me aclaró que nunca escucha a nadie.

Ahora me hago el tratamiento en el pelo antes de ir a trabajar, ella está en casa porque su chico actual se fue de la ciudad y me dice que cree que tiene SIDA. En Villa Gesell los médicos la terminaron aplaudiendo, de tantas veces que fue al pueblo de al lado a hacerse el estudio siendo menor cambiándole al apellido solamente dos letras. Antes no podían hacerse el estudio los menores sin autorización de los papás y terminaron cambiando a las reglas, llamando a la radio, todo por Sofia Venefi que viajaba acompañada de sus amigos en el colectivo Montemar.



Mi hermana II

Mi hermana me dice: ¿vos sos la típica minita que se pone tacos y las otras minitas le dicen para qué te ponés tacos si no sabés caminar?.

Me echa constantemente del mundo de los sentimientos por ser de un signo de aire.

Ahora tengo relaciones con chicos y me pongo a llorar,

ella me dice que es normal, que le pasó con un japonés y un ecuatoriano, y después siguió viajando por Latinoamérica durmiendo con chicos que tuviesen ventilador.



Mi mamá

Mi mamá me explicó todo sobre los viejos: a ellos les duele darse cuenta que no pueden seguir haciéndose cargo de todo, que tienen que decir por ejemplo “de esto se encarga mi hijo”, entonces se empecinan en cuidar cosas muy chiquitas que no se les van de las manos porque sienten que es lo único que pueden controlar. Ésto explicaría lo de la abuela de Viole que le esconde a los nietos el jabón, o comportamientos de la mía como comprar platos descartables para no lavar. Mi papá la mira fascinado:- Alejandra, vos tenés que ser intendente.



COSAS SENTIMENTALES

En unas vacaciones de invierno fuimos con mis amigas a Uruguay. Queríamos ir a otro país y nos dimos cuenta que era igual a Argentina pero más deprimente. Mi amiga decía "encuentre las siete diferencias".

Dar vueltas manzanas y comprar cocaína mala por una cifra extraña.

En el hostel no nos querían porque dejamos entrar al cuarto al perro tres veces e hizo caca.

No podíamos parar de hablar de cosas sentimentales.

Nuestros tópicos preferidos eran "Cómo maduramos en este tiempo" y "Lo loco que es que esta amistad se siga conservando". Al segundo día dijimos Basta, y acordamos en levantar la mano y parar cuando estábamos hablando de demasiadas cosas sentimentales.

Conocimos a un chico que se llamaba Leandro. Lo miramos toda la noche sentado a cuatro mesas de distancia. Se acercó y después de un rato nos dijo Chicas, me encanta hablar con ustedes, siento que con ustedes puedo hablar de cosas profundas, sentimentales…

Lo dejamos ir con sus amigos y nos preparamos un merecido camino guiado por gestos, onomatopeyas y la música exacta en el que no nos dolía NADA.

Si quiero hablar de cosas sentimentales veo la vida como una lámpara de lava.

En la calle, la gente se agarra para charlar.

La televisión se llena de inmaduros.

A veces converso en mi imaginación con algunos personajes. Me pone mal que algunos duren demasiado. Pensé que sería sano transmitir mis obsesiones al Papa.

Lo que suelo hacer es exagerar lo que está alrededor, de manera de evitar la realidad común y corriente muy pero muy complicada.







Candela Benetti nació en Pinamar, Argentina en 1989. Vive en Buenos Aires, por la mañana es maestra de primaria y por la noche estudiante de periodismo. Forma parte de Taller H, un grupo horizontal literario por internet. Tuitea en @candelab y escribe en revistacandela.tumblr.com 


15 de febrero de 2015

Un poema de Vicente Monroy

Ningún activista de Greenpeace ha preguntado a los delfines si prefieren ser libres
Al otro lado de la puerta, de este lado del invierno lees a media voz datos curiosos en un foro de Internet. Desde la cama tumbado no puedo verte.
El tiempo es una cosa extraña –dices-. ¿Sabes que cuando se construyeron las primeras pirámides todavía existían los mamuts?
Tú hablas del tiempo y yo pienso en el espacio. Millones de átomos separan ahora tu cuerpo de mi cuerpo –pienso metálicamente.   
Al otro lado de la puerta, de este lado del invierno no te veo, pero veo tu sombra avanzando en la pared.
¿Sabes que si la historia de la Tierra se comprimiera en un solo año, los humanos aparecerían el 31 de diciembre a las 23:58?
Tampoco creo que nunca vayamos a poder ser completamente felices como esos delfines liberados por activistas de Greenpeace.
De este lado del invierno dibujo mentalmente un mapa para descubrir si nuestros desplazamientos del uno hacia el otro son eficientes desde un punto de vista mercantil o desde un punto de vista compositivo.
Vamos a sumar cosas que nos unen y a restar cosas que nos separan.
En el mapa podemos marcar tus recorridos por la ciudad en color rojo, los míos en azul y los que hacemos juntos en verde. Será un trabajo inútil pero puede que nos ayude a ocupar la mente y olvidar por un momento la época a la que pertenecemos. Sacaremos conclusiones precipitadas y en el mejor de los casos discutiremos acaloradamente sobre el rumbo que tomar en nuestras vidas.
Delfines libres, saltando frente a un atardecer de tonos fosforescentes.
Al otro lado de la puerta lees a media voz pero ya no sé qué dices. Son las 23:58 de un 31 de diciembre y tu sombra no se mueve. Tu voz leyendo datos curiosos se es el zumbido de un robot inteligente rebelándose contra la raza humana.
Mi cerebro pensando es un mamut congelado en el Polo Norte.
Puede que algún día robot y mamut luchen, y esa es información privilegiada que los átomos que nos separan podrían utilizar en nuestra contra.
Desde la cama, tumbado he tenido la sensación de que nunca podré volver a verte.
Voy a cerrar los ojos para imaginarte y ojalá cuando los abra el cielo siga estando arriba y el suelo abajo porque de lo contrario no sabría qué hacer.
A veces me gustaría ser un mamut para estar extinguido.

Vicente Monroy nació en Toledo en 1989. Es autor de muchos libros disponibles en http://about.me/v.monroy

11 de febrero de 2015

Dos poemas de Ramsés A. Postiga

SI MARIO BOJÓRQUEZ ES MI PADRE MIJAIL LAMAS ES MI MADRE


la muerte que estamos tan así todo el tiempo como cometas desfasados arrítmicos del pulso una flor desconocida murmura su nombre frente a un público de codornices sordas
y yo cuántos más morir estando lejos la piel vuelta jirones las naves en llamas una voz como de miel derramada en el vacío  el embalaje de las súplicas que emigran sin retorno nubes de gas nubes de polvo todo puesto a andar y la pesquisa de no querer estar estando de no querer ser siendo una cosa más algo entrañable  cierta palabra que se salve de naufragar en el olvido sin embargo está el hecho de haber llegado tarde de no haber sido visto ni haber dejado ver las cosas que aterrizan tan su sombra las cosas que estallan tan sin nombre los días que se repiten tan sin tiempo  


COSAS QUE CAMBIAN EN TU VIDA CUANDO COMIENZAS A MASTURBARTE TODO EL DÍA TODOS LOS DÍAS


comienzas a pensar que la literatura es algo serio
ajeno al paso del tiempo profundo y delicado casi místico 
te sale barba y un cigarrillo se añade a tu anatomía 
en los recitales comienzas a cantar tus textos como si imitaras
el tono de voz de una anciana que reza
mientras se va quedando dormida
llamas 'poeta' a cada uno de tus amigos 
poetas sin importar la situación 
desarrollas una afición enfermiza hacia las esdrújulas 
te tomas fotos descalzo con la mano en la barbilla o fumando
publican tus poemas en el círculo de poesía
criticas a arjona pero escribes igual
usas sombrero y abandonas para siempre la internet 
ahora sólo concibes la practica de la escritura con una pluma fuente
y una libreta moleskine en la mano
cambiarás el xanax por una maestría en el extranjero 
tus 'amados maestros poetas' quizás fallen un premio a tu favor 
y tal vez conozcas a una chica que te ayude
a dejar de masturbarte
y al hacerlo te muestre 
milagrosamente 
el camino de regreso a la poesía 










Ramsés A. Postiga (Ciudad de México, 1992) es estudiante de letras en la UAM-I. Escribe un libro que todavía no tiene título. Desconfía del sexo seguro. Actualiza la bitácora http://nacimosmuertos1992.tumblr.com/

5 de febrero de 2015

Lo único que le pido a la vida es una buena página porno de alienígenas equinos, de Damián Salguero

Esta mañana me levanté con la ilusión 
de comprarme unos buenos doritos 
y ver anime hasta volverme virgen otra vez, 
luego llamar a mis amigos 
y comentarnos entre nosotros 
lo difícil que es levantar a una buena hembra, 
por qué a decir verdad es difícil conseguir una buena mujer 
en estos tiempos de feminazismo, 
de patriarcado hegemónico capitalista, 
luego me doy cuenta que a esas mujeres 
les gusta los punkys que tienen brahmas de 300 mil pesos 
y crestas doradas con jeanes levy-straus originales, 
hasta para ser antisistema hay que tener lucas, 
o para levantarse a la hembra del barrio hay que tener moto 
y un bonito peinado, 
o para levantarse a la chica universitaria toca es ser interesante 
entonces 
mis parceros prenden un bareto, 
y pensamos que no hay nada que hacer.... 
al irnos y despedirnos, me voy a una sala de internet 
a ver porno 
porque en mi casa no tengo ni radio, 
pero no encuentro lo que quiero 
y me voy a casa pensando 
en yeguas alienígenas 
cantando villancicos navideños con la vagina, 

nada puede ser más hermoso.





Damián Salguero nació en Pereira, Colombia el año de 1990.
Es co-fundador de editores piratas La Silla Renca y actualmente reside en la ciudad de Popayán.


3 de febrero de 2015

Tres poemas de Vanessa Medina

Lo merezco
Tú me ves,
y yo quisiera también verte.
Yo te hablo,
aunque sé que ya no me oyes.
Me he cansado de buscarte,
de preguntarte cosas,
que sé nunca vas a responder.
Estás tan lejos,
más lejos que él cielo,
más lejos que el mar más cercano
a esta ciudad desesperante
donde decidí abandonarte un día.
Tú me ves,
deshacerme
destruirme
matándome cada vez que creo encontrar lo inhallable.
Tú me ves,
pero ya no haces nada para sujetarme,
para pedirme que no me aleje.
Tú ya no me hablas,
porque no te escucho
y si no me hablas nadie me pide que no corra,
y corro tanto hasta que caigo
delante de tus pies,
y tú no me has perdonado.




Paz sublingual 

Ocupo pastillas para dormir,
pastillas para mantenerme despierta
por si acaso tengo todavía
algo importante qué hacer en esta vida.
Ocupo pastillas para olvidar:
tú nunca, nunca, nunca volverás.
Pastillas para recordar:
al amanecer debo ir al Hospital.
Vivo entre tabletas
cincuenta
cuatrocientos
y ochocientos miligramos
sirven más que las personas
más que sus tontos comentarios
Todo estará bien
Feliz año nuevo
Te compensaré mi amor
Gracias por ser paciente y esperarme.
Sé que podría ir al espejo
y regalarme una sonrisa,
hablar de mis problemas
con una buena amiga,
pero no soy fuerte
ni un poquito lista.
En mi ciudad todos los corazones rotos
los enfermos
los cobardes
se curan con poquita agua
y una dosis de pastillas.



Tardío
¿Ya te dije que me gustan tus manos?
Mucho más tus ojos
y tus labios.
Me gusta el mundo que hay en tu piel
me gusta tu aroma
me gustan tus pies.
Estoy tan enterrada en ti
que todo se soluciona cuando apareces
que si pudiera haría con tu espalda un escudo
para ocultarme del mundo,
te regalaría mi fuerza
para hacerte invencible.
¿Ya te dije que te quiero más que a nadie?
¿Ya te pedí que nunca me dejes?
Espera…
¿Por qué te fuiste?



Nació en el Estado de México. Viajera desde el vientre, escribe desde los siete años. Ha publicado para un periódico chiapaneco (Entorno de Chiapas) y hace teatro en compañías independientes. Tiene textos que están repartidos en varios blogs y tuitea en @vanmediina