A la luz de la pantalla del teléfono te miro,
me devuelves la mirada con tus ojos de pixel.
Internet es un abismo inconcebible
que hace cortas las distancias
y más largo lo frustrante,
como no poder mirarte de verdad
y subirle más el brillo a la pantalla de colores
y sentir que son tus ojos los que brillan.
Internet no es un lugar para vivir
o enamorarse.
Pero ese parece ser nuestro destino.
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