2 de diciembre de 2013

Señorita mariposa

Amé todo de tí, tus errores, tu inexperiencia, tu hostilidad aprendida, tu poca feminidad, tus gritos, tu histeria, tus manías, tus gafas rotas, tu manera de pensar, tu sentido de la propiedad y tus ideas sobre la vida.
Amé con todo mi ser tu falta de autoestima.
Amé con todo mi ser al gusano que creíste ser en el tiempo en que nos conocimos.
Fuí la lección que te mando la vida, los golpes en tu alma que pensaste que nunca sanarían, fuí lo que nunca pensaste merecer y al mismo tiempo lo que no te merecías, fuí a quien le entregaste todo, pero no le diste nada, fuí más de dieciseis mil horas de tu vida vana, fuí la luz y las lágrimas de tus ojos de avellana.
Saliste de la crisálida,  mariposa de ojos grandes y botas de tela, blusas escotadas y pantalones a la cadera, peinado elaborado, maquillaje y vida nueva.
Señorita mariposa, no olvides que hubo quien amó con todo su ser al gusano que creíste que eras hace más de cinco años.

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