23 de septiembre de 2013

Timbre

Creo que ha sonado el timbre 
y tus caderas
están del otro lado
de la puerta.

Y aunque ya nunca espero
tu visita
escucho tus tacones
allá afuera.

La seda negra que te viste
existe
en mis recuerdos
y en mis fantasías.
En mis recuerdos 
de tiempos mejores,
en mi archivo de 
nuestras alegrías.

Te recuerdo
dejando
la seda
de lado,
Pero dejándote puestos
los tacones.
Y te evoco
diciendo:
"La vida es 
muy corta
para no cometer 
equivocaciones".

Escucho tus tacones
en la puerta,
aunque ya nunca espero 
tu visita.
Creo que ha sonado el timbre, 
pero afuera
no están más que mis ansias
de tenerte.

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