Una vez
en el envés
de tu falda tableada
escondiste
las respuestas
de un examen.
Yo era malo en inglés,
pero te caía bien
y me dejabas copiar
tus verbos irregulares.
Se me hacía maravilloso
que las chicas
pudieran tener esas libertades,
los maestros no buscaban trampas
en las faldas de las escolares.
Aprendí inglés
viendo unas piernas
de mujer,
pero lo más importante
es que aprendí que hay respuestas
debajo
de una falda.
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