24 de junio de 2013

Onironautas

No me digas que nunca.
Tal vez un día, tal vez no ahora, quizás en sueños.
Si, en sueños. Eso es.
Tu y yo vamos a estar juntos en el reino de los sueños.
¿Sabes lo que es un sueño lúcido?
Es un estado semiconsciente dentro del mismo sueño.
Sabes que eres tú, y sabes que estás soñando. Y sabes que puedes hacer lo que quieras, porque estás dentro de tu mente y tú controlas lo que pasa. 
Ya sé, a mi también me gusta la idea. 
Es tu sueño y puedes hacer lo que quieras. Puedes ir a Japón o  Alemania, si, mucho mejor Alemania, siempre quisiste estar en Liepzig, podríamos ir a Liepzig juntos y ver y hacer de todo, aunque no hayamos estado nunca en Liepzig, vamos a ir porque es un sueño lúcido y podemos hacer lo que sea, como sea y cuando sea.
Juntos... 
Tomados de las manos. Riéndonos. Pasándola bien, como siempre. 
Tomar un café, comer unas papas fritas, quizás un pastel.
Recostarnos en el pasto de algún prado, compartir los audífonos, que llueva y tomar cientos de fotos, ir corriendo y disparando las cámaras sin preocuparnos.
Guarecernos de la lluvia, ver las fotos y reirnos.
Reirnos tomados de las manos. 
Besarnos.
Besarte otra vez.
Como antes.
¿Porqué no?
Hay personas que lo hacen todo el tiempo, se llaman "Onironautas", ¿sabes? 
Uno de ellos me enseñó. Todavía no lo domino del todo, pero voy a aprender. Te prometo que voy a aprender.
Necesito aprender.
¿Cómo que por qué?
Porque ya no quiero ser víctima del tiempo y las circunstancias o el puto destino, o lo que sea que no nos deja estar juntos. Quiero dejar de escuchar que tu no eres para mi o yo no soy para ti, necesito poder volver a estar contigo yo sé que tú también quieres,yo sé que tú también me quieres, ya no me digas que no es sano.
Ya no me digas que no estoy bien, Lizette.
Ya no me digas que no te llamas Lizette.
Yo sé que no eres terapeuta y que mi casa no es un hospital psiquiátrico.
Pintamos de blanco el mes pasado, ya te dije.
No te vayas, abrázame. Por favor. 
Ayer soñé contigo.
Yo sé que tu también quieres soñar conmigo.

Cuatro haikus

Ahora yo desaparezco.
Un fantasma entre las gotas de lluvia.
Siempre desaparezco. 


Las gotas de lluvia caen.
Corren frenéticas en el parabrisas.
Huyendo de las nubes. 


“Ten un fin de semana genial” 
 Dije caminando hacia otro lugar. 
 Por favor piensa en mi. 


La soledad existe. 
Algunos nunca sostendrán a alguien. 
Tú me tienes a mi.

17 de junio de 2013

Impacto

El asfalto 
no soporta
el impacto
de tus piernas

enfundadas 
en medias negras
y esas botas
que traes puestas.

El asfalto
no soporta
el vaivén
de tus caderas.

Ni como se mueven
tus hombros redondos, 
ni como se encienden
tus ojos tan hondos

cada que alguien
voltea a verte
y yo te toco las piernas
con los ojos.

10 de junio de 2013

El Licenciado

Hoy va a venir.
Todos lo estamos esperando, bajo el sol y con un calor de la chingada. La gente del partido trae refrescos, pero no los quieren repartir: "Después del mitin, después del mitin...".
Cabrones.
Pero no importa. Todos estamos aquí porque ese vato es el chingón, palabra que sí. Todos están diciendo lo mismo. El sí va a acabar con todas las chingaderas que nos han tocado desde siempre, con todas las chingaderas de cada seis años.
El no se anda con mamadas. No tiene pelos en la lengua, cada que da un discurso le dice sus verdades al gobierno. Agarra parejo con cada partido, hasta con el suyo.
Por eso es el chingón. Él es el que va a cambiar las cosas. Él va a ganar, palabra.
Ya sabíamos desde que oímos su discurso de hace unos días. Frente a un chorro de gente, y el hablaba, casi gritaba del coraje. Decía que le daban rabia las injusticias, que su gobierno iba a ser diferente, que el sí se iba a acercar al pueblo. Que el veía a un pueblo cansado, con ganas de que al fin llegara el cambio. 
Él es el cambio. Todos andan diciendo lo mismo.
Ya llegó. Se baja de la camioneta.
Es un chingón. Todos se avientan para recibirlo, no trae guaruras, va caminando entre la gente. Los saluda, se ríe, camina hasta donde están los del partido sin dejar de saludar a todos los que se le acercan. Una señora grande le besa la mano. Él la toma de las manos y la abraza. Es un chingón.
No hay templete. Hace un calor de la chingada. 
Pero él se sube a una camioneta, le pasan un micrófono y todos nos callamos, porque sabemos que va a hablar. Y habla. Nos habla de lo que va a hacer cuando llegue, de como va a escuchar a todos, sin que le importen los partidos políticos. Dice que lo que le importa es la gente. 
Nosotros. 
El pueblo. 
Dice que vamos a trabajar juntos, que ya está harto el país de políticos incompetentes. Dice que vamos a ganar. 
Yo sé que va a ganar. 
Vamos a ganar. 
Termina. Aplaudimos. Por las bocinas suena música de banda. Todos gritan "Duro, duro, duro". Gritamos su nombre. Se baja de la camioneta y empieza a caminar, otra vez entre la gente. Todos le entregan papelitos con peticiones. El los toma y se los guarda en la chamarra. Es un chingón, de verdad que es un chingón. 
Camino ahora si hacia él para darle la mano. Entre empujones y gente que también lo quiere saludar. Él sonríe, estrecha manos, abraza gente. Los escucha, les dice unas palabras y sonríe. Sigue caminando. Yo trato de alcanzarlo antes de que se vaya.
Camina, saluda, sonríe, abraza, estrecha manos, camina, sonríe, saluda, le disparan.
¿Qué pasa?
Otro disparo.
Todos gritamos. 
El candidato se desploma, nadie sabe qué está pasando. Mucha gente corre y otros tratan de ayudarlo. 
No sé que está pasando. 
Nadie sabe.
Acaban de dispararle al Licenciado Colosio.

3 de junio de 2013

Natasha

Natasha se levanta todos los días y le manda un mensaje de texto a su novio. 
Se mete bajo la regadera, y enjabona su cuerpo. Sus piernas, sus brazos, su rostro. Lava su cabello. Disfruta un poco del vapor que se queda tras cerrar la llave del agua. 
Corre la cortina. 
La toalla en el cabello, la toalla que envuelve el cuerpo.
Vestirse. 
Medias rosas, falda gris, blusa blanca. Tacones.
Arreglar el cabello. Enchinar las pestañas, ponerse el maquillaje, el perfume. Mirarse.
Natasha le manda un beso al espejo antes de salir de su cuarto.
Siempre le manda un beso al espejo.
Está lista.
Toma un taxi en la esquina de su casa.
Se sube y se sienta muy derechita, cuidando que el taxista no vea más que sus medias por el retrovisor.
Otro mensaje de texto para avisarle a su novio que llegará pronto. Retoca su labial. Se mira en el espejo de mano.
Baja del taxi y ahí está él, esperándola.
Natasha lo besa, lo abraza. Le hace todo tipo de cariños. Él la abraza y caminan.
Llegan a casa de su novio y él siente hambre. Natasha le cocina lo que él le pide. Siempre le cocina lo que él le pide. Sirve la mesa y lo mira comer. 
Él mira deportes en la televisión.
Una cerveza. Dos. 
Natasha lo mira. 
Él tiene ganas de sexo. 
Natasha le pregunta si quiere ir a la cama, pero él empieza a desvestirla ahí, en la mesa. Natasha le ayuda y hace todo lo que el le pide. No importa qué, siempre hace todo lo que le pide. 
La mesa hecha un desastre. Él fuma un cigarro, ella retoca su labial. Natasha le pregunta si le ha gustado. Él hace una mueca de que no ha estado mal. Natasha se viste, se retoca el maquillaje. Y se le va encima de nuevo.
Él rompe sus medias, arranca los botones de su blusa y le dice todo lo que debe hacer. A Natasha parece no importarle. 
Siempre hace todo lo que el quiere.
La sala hecha un desastre.
Él fuma un cigarro.
Natasha está en el sofá, con la cabeza baja y la mirada perdida. Los brazos sin fuerza, las piernas sin fuerza. La ropa a medio poner. 
Natasha está en el sofá con el interruptor en Off.
Natasha tiene la piel de silicón hipoalergénico y un procesador de doce núcleos. 
Natasha tiene cables en lugar de venas.
Natasha está programada para estar con él a diario, y él nunca es el mismo.
Natasha está esperando que la empaquen en una caja y la manden de regreso a su casa. Como siempre. Como todos los días.

Intersecciones


Solo quiero decir que estoy progresando,
de verdad lo hago. Todos los doctores dicen eso.
Y todos los doctores que dicen eso
son los mismos que dijeron que estaba enfermo.
Entonces supongo
que tengo que creerles.
Aún así, a veces sigo pensando en los eventos
que ocurrieron no hace mucho tiempo.
Mi corazón está lleno de cicatrices que solo yo puedo ver.
Quiero ser capaz de verme en el espejo y no ver a la persona que solía ser.
Quiero dejar atrás
lo que una vez me lo impidió moverme.

Para mantener mi cordura
tengo que recordarme a mí mismo
en lo que estoy trabajando.
Tengo un objetivo final
una meta planteada con todo esto que hago
y a veces me temo que
simplemente lo voy a perder de vista.

Una vez con acuarelas
pinte un horizonte de muchos colores
pero esos colores están desapareciendo
y yo estoy tratando de que la vida
no se me vaya entre los dedos
como los colores en la hoja.

Paso mis días tratando de reprimir el pasado
y solo pensar en las cosas buenas que podría lograr en el futuro.
Pero me preocupa que
ni siquiera existo en el presente.
¿Cuándo habrá tiempo para mi?
Tiempo real.

Estoy tratando de encontrar
la manera de vivir en esta cosa
en esta bendición
que es vivir entre
el pasado
y el futuro.

No sé como hacer todo esto.
Me temo que estoy perdido.