Todo esta lleno,
y se que no existen infinitos sin estrellas,
sin auroras boreales,
sin palabras, sin abrazos.
Te espero aquí cada mañana, es triste
¿por qué habría de mentirte?
Me siento en la orilla de la cama a esperar, juego con mis pies, a veces ni siquiera puedo dormir.
A veces no duermo por días, escribo para creer que estás.
Claro que estás, estas allá y ese es un hecho innegable.
Estas a kilómetros, todos sabemos que los kilómetros son distancias, son números que se encargan de separar cuerpos.
Pinto muchos “te quiero” en la pared con mis dedos, tantos que podría contarlos varias veces antes de levantarme de la cama.
Siempre mantengo todo en orden y me mantengo a mi misma junto a la ventana para ver si algo llega a suceder, se que no sucederá algo a menos de que yo lo haga.
Me gusta creer que te sigo gustando yo sólo para poder usar y sentirme más bonita con mi vestido de verano, después pienso todo lo contrario y el poco maquillaje se va, después ya no sé ni que pensar.
Ya discúlpame, ya regresa, ya te extraño, estás en cada letra y no le veo fin a mis ganas de que estés conmigo, a que nos tomemos de la mano.
Los kilómetros son los números que se encargan de separar cuerpos, lamentablemente nada me une a ti porque no quieres. Yo también tengo miedo, no te imaginas cuanto. Ven, quiéreme, te extraño.
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