El asfalto
no soporta
el impacto
de tus piernas
enfundadas
en medias negras
y esas botas
que traes puestas.
El asfalto
no soporta
el vaivén
de tus caderas.
Ni como se mueven
tus hombros redondos,
ni como se encienden
tus ojos tan hondos
cada que alguien
voltea a verte
y yo te toco las piernas
con los ojos.
Buena esa!
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