17 de julio de 2015

Lluvias de Junio, un poema de Hugo Cobian Gallardo

De las fuertes lluvias de Junio emergió nuestro amor:
voraz, paciente, sencillo y honesto.
en su entierro desastroso y funesto.
caminatas largas a ritmo de risa,
navegando en un río con los ojos coquetos y las muecas del labio constantes.

La lluvia era incesante y las platicas bien conjugadas.
nuestras ideas torpes como agua en busca de la coladera más cercana,
olvidando siempre que la basura se acumulaba en la entrada.
caricias mojadas tocando nuestro rostro
golpes de lluvia opresores.

Un taxi esperábamos mientras nos besábamos
por una hamburguesa corrimos mojados, tercos y enamorados
surgió de nada, murió de todo
las gotas de lluvia siempre golpearan ventanas
tu recuerdo invariablemente perpetrará mis entrañas

Sonrisas diluidas en traición
aquellos charcos que saltábamos y con problemas evitábamos
el primer beso cubierto de una sana lluvia
volteas, te miro, me miras y los labios se juntan
ojos verdes que tanto me gustan

La lluvia paró, esa que nos guiaba
versos, métrica, ritmo y cadencia
escribir poesía cuando no la has leído
es como olvidar cuando has amado
querer cuando lo has perdido

Lluvias de Junio que añoro, recuerdos futuros
tristezas pasadas y presentes hundidos
la eternidad es constante y finita,
la dualidad transcrita que en tus cabellos habita
lluvias de Junio malditas.


Hugo busca en la literatura una mejora imaginaria de su patética vida, la ficción y la realidad se mezclan en su mundo de incoherencia. 
Llora sin razón aparente y se la pasa pensando en sexo. 
Su dieta: whiskey y aspirinas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario