6 de enero de 2014

El pasto

Me imagino que todavía escucha a Nina Simone, yo hoy recordé de que algunos de sus discos están en la biblioteca musical de mi portátil, pasé algunos y los escuché completos. 
Ojalá esté bien. Creo que lo está, vi una foto y se ve feliz. Se ve enamorada. 
Espero no solo sean especulaciones mías y sea pareja del chico con la que aparece en la foto, porque si no lo son me voy a decepcionar mucho; se ven muy bien juntos. 
A mi me está yendo de la chingada en casi todo. En la escuela extrañamente me fue muy bien. 
Ay Laura, te vengo a molestar a ti porque no tengo a quien contarle que me siento solo y que lloro diario. No puedo evitar deshacerme en llanto. Hace poco no me pude contener y miles de cosas pasaron por mi cabeza en forma de flashazo.  
Lo mala persona que fui, lo enamorado que estuve, la forma en la que cada cosa que me pasó, me marcó. No sé si es bueno o malo que sean cicatrices que no pueden verse. Supongo que es ambivalente porque a veces me arden, pero me van a recordar cosas que ya no debo hacer. Y de cualquier manera, unas sí se ven. 
La verdad es que ya no quiero rascarme cada que me acuerdo de Sofía porque todo eso ya pasó. Está feliz, yo no la marqué para nada pero ella sí me enseño muchas cosas y me dejó marcadas muchas mas, y al final del día no me arrepiento de haber hecho ciertas cosas aunque al final llegué a sentirme mal. Sé que me he despedido cien veces pero es muy difícil deshacerse de todo en tan pocos meses, por eso aún arrastro algunas cosas. Ya sé que han pasado años.  
Pero es que ese es el recuerdo que quiero tener por siempre de Sofía, sentada en el pasto viendo a la gente pasar. 
... 
No te levantes Laura, ella siempre quería que nos moviéramos hasta las seis. 

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